Un día en la escuela estando platicando con algunos amigos en la explanada, se acercó a mí alguien a quién no pude identificar, primero pensé que era un amigo que me saludaba... se aproximó más y me pegó una etiqueta en la playera (todo en cosa de quizá un segundo) y enseguida se fue, antes de que se fuera y antes de que pudiera ver su cara (vi su cuerpo, ahora vi la intensión y la actitud...), grité con melosa y amable voz: gracias! Bajé la mirada a la motherfucker estampilla y lo comprendí todo... VACÍA , esa era la etiqueta que el sujeto me había puesto, me la puso en el marco del Festival Internacional del Performance, y aún no sé si eso fue un happening(porque tuve mi interacción con el artista), performance o una simple intervención sin etiqueta, lo que me quedó claro es que lo que hizo tuvo un efecto en mí y en los demás (después vi mucha más gente con las estampitas, sólo que con mensajes más amables), el efecto en mi fue arrancarla ipso facto de mi playera, depositarla en la basura, además de una sensación de coraje infinito hacia él y la reflexión que hasta hoy no puedo terminar... el me puso una etiqueta y no se si fué una crítica a la sociedad, a la escuela, a mí misma o a la serie de parámetros que nos rigen a nivel global... pero sí sé que las etiquetas sin darnos cuenta las ponemos, hacemos, divulgamos sin darnos cuenta y no podemos evitarlas, pero yo propongo explorar lo más posible todas las posibilidades de expresiones que encontramos, observar, estudiar e intentar comprender cada una de ellas, antes de pegar nuestra etiqueta y cerrarnos.
...aquí no vine a señalar tus defectos ni exaltar desmedidamente tus virtudes, vengo porque quiero contemplarte a tí...
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